Se lavan, se cuecen en agua con una pizca de sal y unos trozos de patata. Una vez cocidos, se escurren bien, se introducen en una fuente de horno, se espolvorean con queso rallado y bechamel. Se mezcla todo y 10 minutos en el horno a 175 grados.
La bechamel, si queréis ir más de prisa se compra hecha, la venden en cajas. Y si no ponéis 40 gramos de harina, 40 de mantequilla, y como cuarto litro de leche caliente, una pizca de sal y se mezcla todo a fuego suave, dando vueltas con una cuchara de madera.
Lo de la bechamel vendible, no lo sabía.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta
El Ermitaño