Agosto, es el momento de dejar todo y tirarse en la arena a coger color como un pollo en el horno... bueno... según el tipo de piel, el resultado es diferente: mi marido por ejemplo se pone colorado como un cangrejo. En la playa, al estar la gente en bañador, te das cuenta de lo diferentes que somos, tanto de físico como de espíritu, gordos, flacos (unos pocos), pequeños, altos, tranquilos, nerviosos, vagos, valientes, tímidos, figuras... vamos a ilustrar aquí algún fenómeno característico de estos:
Primero el acomodado: en la playa como en casa, tiene su nevera con bebidas heladas, radio, solo le faltan los cuadros con fotos de los niños. Se queda debajo de la sombrilla y no pone ni los pies en el agua...
La que ha dejado su marido en casa, por el trabajo dice, pero que no para de llamarle porque se aburre...o porque no se fía:
ah! los niños, son un mundo también... Este será arquitecto:
Estos van para constructores, pero... tienen la amenaza de una nueva crisis de la construcción encima, cuidado con la ola!
El niño pesado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario