Nos encontramos en la mesa al que está acostumbrado a dirigir todo aunque lo haga mal, no se conforma con hablar, no puede estar una hora sin tener la batuta en la mano, así que coge lo primero que encuentra: el cuchillo, tenedor, etc... y gesticula sin piedad, para él o ella es dirigir, con lo bien que estarían y tranquilos cada cubierto en su sitio!
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